A través del año, se dan varias formas de adelantos y retenciones en el impuesto de renta. En muchos casos, es común omitir el reconocimiento de estos saldos en la declaración, los cuales se encuentran a favor del contribuyente o en su defecto, se ingresan valores erróneos que pueden llevar a contingencias fiscales.
Se debe recordar que cada institución registra un formulario tributario con la constancia de la retención hecha a cada contribuyente y esta no esta exenta de errores o inexactitudes. Por esta razón se vuelve importante solicitar confirmación al ente respectivo sobre las cifras retenidas y conciliar con las propias.
Otra razón que puede generar diferencias, es que en el pasado, las instituciones gubernamentales liquidaban las retenciones en diferentes periodos y esto ocasiona que las cifras varíen con respecto a los propios registros del contribuyente.
Esto se vuelve especialmente importante en este periodo que en su mayoría es de 15 meses.
En el caso de las retenciones por el uso de datáfonos, es importante tener disponibles los reportes de la entidad bancaria y conciliar con los propios, estos también dependen de declaraciones autoliquidativas realizadas por las organizaciones bancarias.
Los pagos parciales también constituyen una base importante de estos adelantos. Sin embargo, si no se realizan a tiempo, se debe tomar en cuenta que la autoridad tributaria descuenta los intereses del pago realizado y esto puede acarrear diferencias a la hora de liquidar el pago final, generando montos que se cargan automáticamente como morosidad en la situación tributaria reportada en el sistema ATV.
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Sobre el autor:
Lic. J. Pablo Castro Arias, Contador Público Autorizado, tiene más de 15 años de experiencia en labores como contabilidad, consultoría, auditoría e impuestos. Actualmente es socio de la firma J.C. & Asociados.